Ante el gratísimo y sorpresivo contacto
telefónico, mantenido en la tarde de ayer con mi querida hermanina Beky, por la
premura que me imbuye su petición, me veo en la necesidad de dejar para mejor
ocasión un largo escrito en el que explico, no disculpo ni justifico, mi
profundo respeto y cariño por ese gran país, los USA y sus variopintas gentes.
Donde entre otras muchas cosas, valoro en su justa medida su “primera enmienda”.
Máxime en un momento, donde la estulticia pijo progre de unos cuantos acostumbrados
a vivir del erario público y/o afines, están tratando de “enmendar” dicha
“enmienda”, más por la vía de hecho, que de la de derecho.
Mis opiniones personales, mientras no se
demuestre lo contrario, son a priori, tan respetables como aquellas de índole
contraria, aunque estas últimas estén en algún modo “financiadas” y
“orientadas” a autofinanciarse en base al servicio de personas y/o entidades. Por
el contrario las mías, a diferencia de ellas, son meras y simples impresiones,
fruto de una proximidad de índole ideológica, carente de remuneración a corto,
medio y/o largo plazo. Vamos, sin espera de recompensa por los servicios
prestados.