viernes, abril 13, 2018

Con diplomáticos y directores de inteligencia como éste, empiezo a ver y entender porque nos respetan tanto en el mundo…

     Uno puede ser pro o anti judío, pero independiente de ello, no piensen que el “estultismo pijo progre” solamente se da entre las “izquierdas acomodadas”; también afecta a esa derecha “progresista”, elegante por antonomasia, que cuando abre la boca para emitir palabras, pareciese que tiene una masa de engrudo que le impide el hablar normalmente. Vamos, dicho en vulgar, que sus palabras deben de ir adornadas con el “engolamiento” y la entonación precisa, para que se pueda distinguir estamos en presencia de un “estulto pijo progre”, pero ojo, de los de “casa bien”.
     A inicios de la década de los 70s del pasado siglo, en aquel Nueva York de entonces, asiduamente coincidíamos con un famoso corresponsal español, que trabajaba al alimón, para una conocida televisión mexicana, como comentarista y/o como y además de profesor, o algo por el estilo, de futuros reporteros, periodistas, presentadores, “showmen”, “I don’t know”. Lo cierto es, que en las ocasiones que nos encontrábamos  en los “italianos”, con él y sus “pupilos”, recuerdo que les decía con mucha “coña” al corregirles ante nosotros: las palabras deben de fluir como el agua del Guadiana al Atlántico. Así fluían las de él, pero… entre nosotros, los dos o tres españoles que “confluíamos”, no dejábamos de comentar el citado fluir…, manar… a nuestro entender y por el empaque y tono, era casi de “refluir…” Cierto que la marisma, es flujo y reflujo, de acuerdo a las mareas. Que en paz descanse. Era un excelente tipo y amigo de hacer desinteresados favores.  
          No comparto, pero entiendo los comportamientos de un individuo, que tras las actividades diplomáticas en un país musulmán, sintonizó perfectamente con el “buen musulmán” y la esposa “girlfiend” o lo que sea o fuese, de aquel otro presidente, famoso por la construcción de 1500 Km. (si entendieron bien, mil quinientos Kilómetros de muro separador) entre México y USA, con una proclive y pública afición a “meter mano a fandango ajeno”. Tras estas simpatías manifiestas, creo que su mayor éxito, fue el énfasis por el puesto en la explicación a “toro pasado”, no en la prevención, del mayor atentado sufrido en este viejo país antes llamado España, el 11M. Amén de las “puertas giratorias” a las que accedió, “puertas” estas a las que aludió y definió un conocido “subproducto político”, prefabricado por el partido de origen del Sr. diplomático, aspirante lógicamente a ellas: a las canonjías de las “puertas giratorias”, de las que nuestro distinguido miembro de la carrera diplomática al menos hizo uso y gala.
    En una publicación con periodicidad diaria, a decir de ella, ejemplo del ejemplo del buen hacer periodístico, el aludido “diplomático”, haciendo uso de esa diplomacia y de su legítimo derecho a opinar, propia a su vez de aquel que se cree por encima del bien y del mal, afirma, firma y presta su imagen al siguiente titular: Matar palestinos. La reacción israelí a la Gran Marcha del retorno en Gaza. Se ha convertido en una rutina para los israelíes, que durante la pasada semana acabaron con la vida de una veintena…”. Desde el titular a todo lo que a continuación de los puntos suspensivos “larga”, sabe que se adapta a una verdad a medias. Que el hecho de su capacidad de intervención aquí, allí, acullá en cadenas de TV y/o radio, no hace más verdaderas sus afirmaciones. Posiblemente si las haga más “verdadosas” y mejor retribuidas, pero que él nos cuente la “milonga del cuarenta y ocho”, no deja de ser eso, una milonga, qué por el “cante” que da, más diría candombe, pues esta comenzó a atronar en el mes de noviembre anterior del 47.
   Consciente de que soy como el “ajo” en lo repetitivo, no quiere decir que “ajo… derse y aguantarse”. A priori y posteriori soy tan poco impresionable, como que toda la carrera diplomática española, empezando por el ministro del ramo, embajador acreditado donde sea, cónsul general, secretario y agregados de los distintos ramos, siempre los consideré unos empleados “míos”. Funcionarios que estaban pagados con mi dinero para atenderme, y que ciertamente, siempre que a ellos acudí, en los lugares más insólitos, me atendieron con total premura, desinterés y eficiencia. En algunos lugares y ocasiones, sin que mediase conocimiento previo, dejaron de ser el funcionario, para pasar a ser la “amigable persona” a la que acudir ante “cuitas” locales.
   Aclarado lo que precede y reiterando la enorme dificultad para conseguir impresionarme y menos hacerme callar, paso a contar una verdad que difiere de la narrada por el “Sr. diplomático y repito, excelente explicador y justificador a “toro pasado” del mayor atentado terrorista sufrido por nuestro país, el 11M”. Esta verdad está contrastada por testigos, a los que por su propia dignidad, la que les conceden sus conciudadanos, su edad y el hecho de vivirla en primera persona, saben lo que fue la “expulsión” (en el entrecomillado, cita del diplomático). Con independencia que dada la importancia que los corifeos de turno le conceden y así mismo se da, no le permitan descender a dar respuesta a este “tábano”, no es óbice  para que “suelte al aire” unas preguntas y haga unas afirmaciones, que objetivamente y a la vista de los hechos contrastados a posteriori, son los que fueron y no como él los esboza o da a entender.
    Veamos: Sr. diplomático y ex jefe de la inteligencia nacional, ¿alguno de esos biempensantes y mejor “cagantes” de ideas, se planteó en algún momento de sus cortas y racistas luces, qué habría  pasado, si las sucesivas guerras, las hubiesen ganado los declarantes de ellas: los países árabes coaligados?
     Para los olvidadizos y otras especies afines, les recuerdo, que la Asamblea General de Naciones Unidas, aprobó el Plan de Partición de Palestina, el 29 de noviembre de 1947. El mismo organismo ONU, al que hace referencia el Sr. diplomático, como “algo” o “alguien” a quien se le debe de responder. ¿A Europa, qué respuesta darle, si realmente no existe se le olvidó ya el “corte de mangas” de la Sra. “Kartofelera” and boys de antes de ayer… o la de ese otro país o amalgama, aún resentido contra el Duque de Alba y por extensión contra España? Por si no lo sabe o lo quiere/n ignorar, la misma noche del 29.11.1947, ya hubo escaramuzas. ¿Quién las inició?
     El 14 de mayo de 1948, el día anterior a que expirase el Mandato Británico sobre Palestina, al proclamar la independencia del Estado de Israel (dentro de los límites territoriales establecidos por el Plan de Partición), ¿cómo reacciono el “mundo árabe”? Con un inmediato, pero fallido intento de invasión y reparto “in pectore” de dichos territorios por parte de los cinco estados árabes vecinos: Egipto, Líbano, Irak, Siria y Transjordania. Sí en los quince meses de intermitente guerra que siguieron a dicho intento de invasión, en vez de ganar terreno Israel, lo hubiese perdido, ¿qué habría pasado? Seguramente nada. Pues nada pasó cuando Egipto y Transjordania ocuparon la parte restante, correspondiente en el reparto al Estado árabe – palestino: Egipto se adjudicó Gaza, mientras que Transjordania se anexionó Cisjordania y Jerusalén Este, creando así por refundación, la Jordania de Abdalá I, predecesor del casamentero Husein I y abuelo del actual monarca Adhalá II. Sobre estas dos anexiones consideradas ilegales por la comunidad internacional ¿Qué se hizo? ¿Quién se acuerda de ellas? El Sr. diplomático parece ser que no.
    De los miles de desplazados que dicha guerra generó, y que los citados bien “pensantes y mejor cagantes” quieren olvidar quien la inició, los aproximadamente ciento setenta y cinco mil árabes que permanecieron en Israel, adquirieron la ciudadanía israelí, en el periodo comprendido entre 1950 y 1952, mientras que los huidos a Líbano, Egipto y la recién creada Jordania, aún están esperando la aplastante victoria sobre los judíos, que les permita retornar triunfantes a sus puntos de partida y ponerse a repartir el correspondiente “botín de guerra”, prometido, pero no obtenido. Ojo… las previsiones salieron fallidas. Ni botín ni obtención de las correspondientes ciudadanías de los países “hermanos”, que teóricamente los acogieron. Entretanto, por abandono y en base a la correspondiente ley, los inmuebles y tierras de los desplazados, no expulsados (en su mayoría voluntarios, a la espera de la gran victoria) pasaron a ser propiedad estatal en algunos casos, mientras que en otros, por la desaparición real de la población árabe, pueblos deshabitados se destruyeron totalmente. ¿También lo ignora o quiere ignorarlo el Sr. diplomático?
     Aunque muy resumidamente y presta a muchísimas matizaciones, a cual más real, esta es la situación creada por las necesidades internas de los dirigentes de los cinco países beligerantes, que pronosticaron un “paseo militar” sobre el naciente Estado Israelí. Independientemente del posterior “revisionismo”, el que esto suscribe, por fuentes fidedignas de personas de origen druso, puede afirmar que a los referidos desplazados (según su versión “expulsados”) se los intimidó por parte de los dirigentes árabes de sus comunidades, para que abandonasen sus hogares en las inmediaciones de los frentes, teóricamente planteados por los “cumplidores” de las resoluciones ONU, facilitando así las operaciones militares de ese “triunfante ejército coaligado atacante”. Afirmaciones como la que antecede, hoy en base a falacias se tratan de desvirtuar, pero son aún muchos los supervivientes que identifican con nombre propio y de familia, a aquellos dirigentes árabes locales, que en su momento, les trataron de  intimidar a ellos también, y claro está, que los mandaron al “carajo”.
     Contemporáneos a los hechos sucintamente relatados, pertenecientes a las comunidades judías establecidas antes de la arabización e islamización en amplias áreas del cuenco Mediterráneo, se vieron obligadas a abandonar sus bienes, incluidos los muebles, y ningún “bien pensante y mejor cagante” se acuerdan de ese hecho, criticando a  Israel, que desarrolló una Ley sobre el abandono continuado, olvidando el  caso de los 610.000 judíos, obligados a abandonar sus asentamientos centenarios, sin la promulgación de ley alguna, y que con ellos presentes, se incautaron de sus bienes, e incluso de las pertenencias personales que portaban al irse. Acaso el Sr. diplomático ignora tan ignominiosos hechos. Llegando hasta quitarles del dedo, en algunos casos, la alianza de casada.
      Las personas a las que se hace referencia están ahí, y aunque entrados en años, son historia viva de unos hechos, que algunos están siempre en disposición de tergiversar. Incluido Vd. Sr. diplomático.
     Como no hay uno sin dos: en 1967 el “rais” egipcio Nasser, consigue del entonces Secretario General de la ONU, U Thant, que retire los “cascos azules” de interposición, desplegados en las islas de acceso al golfo de Eliat - Aqaba, pasando a ser ocupadas de forma inmediata, el 22 de mayo de dicho año, por las fuerzas egipcias, lo cual, de forma directa, impedía la libre navegación de los buques israelíes en su acceso al mar Rojo. Extremo este, que lógicamente fue considerado un “casus belli” por parte del gobierno Israelí. Paralelo a la “bajada de pantalones” del Mr. U Thant, el 25 ó 27 del mismo mes de mayo, Egipto, Iraq y Siria firman y confirman el pacto de defensa mutua. En los tres primeros días de junio, se desarrollan maratonianas reuniones, solicitando a Egipto la retirada de las islas del Golfo de Aqaba y el restablecimiento de la libre navegación. Ante la negativa Egipcia y la nueva situación estratégica creada, el 5 de junio, Israel bombardea la aviación estacionada en la península del Sinaí, península en la que estaban posicionados los, prácticamente, 80.000 soldados recientemente movilizados. ¿Para que fueron movilizados? ¿Quién dio origen a esta nueva conflagración? ¿El que provoca o el provocado? Descienda a nivel de “mosca cojonera Sr. diplomático” y explíquenoslo que personas de a pie como yo lo podamos entender.
     Ni dos, sin tres: el 6 de octubre de 1973, los genios e ingenios de los egipcios y los sirios, decidieron: que puesto que dicha fecha coincidía con el día de la festividad judía del Yom Kipur, era el momento apropiado para desquitarse de las sucesivas derrotas sufridas. Así, desde el Sur, el ejército egipcio cruza rápidamente el Canal de Suez, arrollando las defensas estáticas israelitas, dispuestas en sus inmediaciones. Simultáneamente los sirios atacan y se aprestan a avanzar por los altos del Golán. Tras recuperar la península del Sinaí, las fuerzas egipcias se detienen, dando por válida la ocupación del territorio. Detención que permite a Israel pasar al contraataque en los Altos del Golán, donde a pesar de las pérdidas sufridas, el 16 de octubre consigue superar las fronteras establecidas en la guerra de los “seis días”, penetrar en Siria y situar su artillería y grueso de infantería, a menos de 100 km. de su capital, Damasco. En el frente Sur, las cosas no les iban mejor a los Egipcios. La contraofensiva en el Sinaí, llevó al ejército Israelí a quitarles “la mugre” a los egipcios, cruzando el Canal de Suez y posicionando sus unidades blindadas, a menos de 30 km. de la periferia Norte del Cairo.
     Las reiterativas pérdidas bélicas y las veleidades de los dirigentes árabes frente a Israel, les llevan a desarrollar una guerra en el campo económico, que se centra en el boicot de suministros petrolíferos a los países que ayudaron o ayudaran a Israel, presionando a las dos superpotencias del momento, los EE.UU. y la URSS, a conseguir un acuerdo en la ONU, que decretase un “alto al fuego”. Así, tras la resolución 338 de 22 de octubre, se alcanza ese “alto al fuego”. En este enfrentamiento, ambos contendientes se consideran vencedores, aunque la realidad fue la que fue y sigue siendo. No obstante, a partir de dicha experiencia, el estado Israelí no confiará más en la seguridad estática, aunque la aproximación que Egipto experimenta al mundo occidental y en especial a los EE.UU., permitiría los posteriores acuerdos de Camp David. Permaneciendo incluso hasta el día de hoy, la “tradicional cordialidad” entre la URSS, hoy Rusia y Siria, ese país al que mor a los intereses de los vecinos del Sur y en el “rio revuelto”, los del Norte están en disposición de desmembrar, a la vez que se dirime quien lleva el “gato al agua”, sí los chiíes o los sunníes. ¿En su simpleza, es así o no, Sr. diplomático?
     Independientemente de las afirmaciones y preguntas que realizo, sugeriría se leyesen y razonaran en profundidad, las sucesivas Resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidas: 181 del 29 de noviembre de 1947; 194 del 11 de diciembre de 1948; 242 del 22 de noviembre de 1967 y 338 del 22 de octubre de 1973. Independientemente de las ambigüedades interesadas que la redacción de las mismas puedan contener, lo que sí queda claro y manifiesto, es el total interés en ignorar todo aquello, que no vaya en contra de los intereses israelíes y de sus ciudadanos. Siendo estos los “villanos” y sus encarnizados enemigos, auténticas “hermanitas de la caridad”. A falta claro está de la cofia.
     Sr. diplomático, entiendo y créame que comprendo, que dada su buena sintonía con “el buen musulmán, al decir de su abuela paterna (la del buen musulmán), casado con la de las anchas espaldas, que por no ser racista, habla de blanquitos” y la oportunidad que le da el “presente asunto”, para intentar tocarle las “pelotas” a Mr. Trump, no podía dejarla pasar.
     De su posicionamiento, no cabe duda, quienes son los “buenos” y los “malos”, lo mismo que la buena “presidenta” era la esposa, “girlfriend” o lo que sea o fuese, de aquel otro presidente, famoso por la construcción de 1500 Km. de muro separador entre México y USA y con una proclive y pública afición a “meter mano a fandango ajeno”. Mire por donde, los votantes USA, pensaron diferente de como Vd. piensa ¿PARA CUANDO DEJAMOS EL REAL DERECHO A EXISTIR DE ISRAEL, DENTRO DE UNAS FRONTERAS SEGURAS E INTERNACIONALMENTE RECONOCIDAS? Empecemos por el principio y a continuación es el momento de proseguir
            Ignoro que me ofende más, si un “estulto pijo progre” de derechas o uno de izquierdas. ¡Ahí dejo la duda!
                              Capt. Willie



       Por una expresa petición que me llega, debo de aclarar los siguientes extremos: el corresponsal español al que hago referencia,  provenía de una humilde situación familiar. Su tono, dicción y posible engolamiento, me aseguran,  nacieron de un continuo y pertinaz ensayo remedio a una profunda  timidez  (¿Quién lo diría…?),  y  de la corrección del “deje” de su Andalucía natal, ya que tristemente, en aquellos años de su inicio profesional, no era aceptado como un “elemento complementario” a una profesión, la de periodista, donde los de “verdad”, como él lo fue, no procedían de la universidad, procedían de las más variadas formaciones y no necesariamente universitarias.
      Indudablemente él marcó pautas, a las que aquellos “pupilos” a los que hice referencia nunca creo hayan llegado. O al menos, en mi deambular por las “tierras aztecas” creo haber visto de todo, pero nada de las “nuevas generaciones”, que le llegase a él  y a otros “maestros” mexicanos a él contemporáneos, a  la suela de sus zapatos.
       Mi deseo sería que a pesar del agnosticismo, al que en alguna ocasión hacía expresa referencia, Él le haya tenido en cuenta todos y cada uno de aquellos desinteresados favores a los que hacía gala y,  le tenga en sus proximidades como “redactor jefe de sus servicios informativos”.
        Indudablemente los del “engrudo”, no lo utilizan como acción correctora de nada, son cuasi perfectos, sino como elemento de presentación y “aclaratorio, de su estultismo pijo progre”.
        Gracias “Ándresito”. Sí recuerdo quien hizo las presentaciones y el mutuo conocimiento que os unía desde la infancia, y el compartir “pensión”  y soportar lo que llamabais “el oremus”.
        Que te sea leve tu dolencia.

2 comentarios:

  1. Estupendo articulo. Mire, a mi lo que le ocurre a israel, y en general el antisemitismo, me parece fruto de la mas pura envidia. Esta semana el Real Madrid paso a semifinales en la Champions con un penalty. Con ningun otro equipo se cuestionaria su validez, pero como es el madrid , ya se ha hablado de arbitros comprados etc. La envidia es muy mala y algunos no perdonan que ese pueblo se levante y construya cada vez que lo tiran. Hagan lo que hagan le dan la vuelta para criticarles. Si lloriquearan como otros les tendrian mas simpatia. Es triste pero es asi. El antisemitismo que todavia perdura en el mundo es una gran lacra.

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  2. Muchísimas gracias por su amable comentario. Puedo asegurarle, que por caridad no es.
    No obstante la envidia es como la tiña, de ahí que haya tanto tiñoso y envidioso.
    ¡Que decir de los estultos pijos progres, de derechas, de centro e izquierdas.

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