Ante el gratísimo y sorpresivo contacto
telefónico, mantenido en la tarde de ayer con mi querida hermanina Beky, por la
premura que me imbuye su petición, me veo en la necesidad de dejar para mejor
ocasión un largo escrito en el que explico, no disculpo ni justifico, mi
profundo respeto y cariño por ese gran país, los USA y sus variopintas gentes.
Donde entre otras muchas cosas, valoro en su justa medida su “primera enmienda”.
Máxime en un momento, donde la estulticia pijo progre de unos cuantos acostumbrados
a vivir del erario público y/o afines, están tratando de “enmendar” dicha
“enmienda”, más por la vía de hecho, que de la de derecho.
Mis opiniones personales, mientras no se
demuestre lo contrario, son a priori, tan respetables como aquellas de índole
contraria, aunque estas últimas estén en algún modo “financiadas” y
“orientadas” a autofinanciarse en base al servicio de personas y/o entidades. Por
el contrario las mías, a diferencia de ellas, son meras y simples impresiones,
fruto de una proximidad de índole ideológica, carente de remuneración a corto,
medio y/o largo plazo. Vamos, sin espera de recompensa por los servicios
prestados.
Cuando hago mención al “buen musulmán”, a la de “espaldas de estibador portuario”, que a los de mi raza nos define como blanquitos”, o a la otra, que realmente ignoro qué es, si “girlfriend, esposa, amiga con derecho a roce, o qué, de aquel que construyó 1500Km. de muro separador con México, que en el tiempo que la construcción del muro le permitía, se dedicaba a meter mano a fandangos ajenos”. Estoy ejerciendo un derecho que para mí es irrenunciable, pues las definiciones que realizo, mal que les pese, son fruto de hechos de dominio público: quien le definió como “buen musulmán”, fue su abuela paterna ¡Si no lo sabe ella, quién lo va a saber…! Que por no ser racista, nos llame “blanquitos”, está grabado. Lo del muro separador con México, es algo físico, palpable y fotografiable (no una entelequia a lo Mr. D. Trump). El grado de parentesco - familiaridad, una incógnita, para alguien a quien se le pueda suponer un mínimo de dignidad. Lo de meter mano a “fandango ajeno”, quedó probado judicialmente, lo cual en principio no deja de ser una verdad judicial y pública aireada, por aquella a la que le airearon su propio fandango ¡No lo sabrá ella…!
Ajo… y agua…
Capt. Willie
Con estas y con todas y en esa capacidad de repetirme, reincido una vez más en las mismas obviedades: los jugadores de ventaja, por lo general tienen cierta tendencia a jugar con las “cartas marcadas”, sin darse cuenta, que en el momento que el contrario conoce sus marcas, lo lógico y normal, es que las utilice es favor propio. No obstante, el hecho de que al final gane, justifique el que le llamen “tramposo”, pues el que inició la partida con ánimo de engaño y como “jugador de ventaja” fue quien marcó los naipes. El Sr. Trump es capaz de desatar odios irreconciliables con el raciocinio, la obsesión por su derribo, recogida de los beneficios y réditos perdidos y en un momento dado, ya considerados como propios. No es solamente patrimonio del partido Demócrata, es también de esos “paniaguados” medios de comunicación que a ambos lados del Atlántico, se ven en la necesidad de no poder ocultar la mayor popularidad del Sr. Trump, con respecto al “buen musulmán”, en su más puntual cota de popularidad.
Indudablemente, cuando se pone en marcha el “ventilador” y frente a él se coloca estiércol, la distribución de este y su correspondiente pestilencia alcanza a todo el espacio circundante al flujo de aire por él desplazado, lo cual en el caso que nos ocupa, con más mal que buen criterio, siempre el del “mal perdedor”, creen que les puede favorecer de cara a las elecciones parciales de noviembre. No siendo la demanda presentada por el partido Demócrata, otra cosa, que tratar de contrarrestar los posibles éxitos que puedan salir de la reunión Mr. Trump – “nuestro amado líder”.
Que a estas “alturas de la película”, quien bajó “calzones”, ”culotes”, “calzoncillos”, “bragas” y todo lo “bajable”, ante el “futuro Zar imperial de todas las Rusias”, venga ahora con una demanda judicial, no deja de ser, al menos, anecdótico. Y a escala personal, yo diría risible. Entiendo que el ridículo de la que “ignoro como definir”, fue mayúsculo, aunque no menor que el de todos los “estómagos agradecidos” de los componentes el “NDC” (Comité Nacional del Partido Demócrata), organismo permanente del partido, que poblado por “liberados” y “muy a la izquierda” de sus propios congresistas, tratan de justificar su vivir y pretenden sobrevivir al desastre electoral.
Así y que tras casi catorce meses de exhaustivas investigaciones por parte de un fiscal especial, las supuestas conexiones entre Mr. Trump y la Rusia del futuro Zar, no hayan producido “leche alguna”, es indiferente. Difama que algo siempre queda. Teniendo como alternativa, el entrar en la “actividad de entrepierna” del Sr. Trump, sí se lo “dieron por la cara” o lo pagó. Que si está “jodido” físico o psíquico. La verdad es que comprendo aunque no entiendo, que alguien con los “méritos propios” de esa Sra. a la que no sé cómo definir, hable de alta traición y majaderías semejantes, me lleva a dudar de su real estado psíquico y más aún de la partida de la “bola de ojetes” de los que se rodea, tanto en el mundo estulto pijo progre USA, como en el europeo.
Desde la lejanía y la ignorancia, me pregunto y le pregunto a los mal pensantes y bien “comientes” miembros del “NDC”: en el caso probado de que existiese esa intervención extranjera en los comicios electorales, siempre y en todos los casos denunciada a posteriori ¿Dónde están los responsables de la docena de Agencias Federales encargadas de la seguridad nacional? ¿No sería que de haberlos detectado, creyesen podían favorecer a la Sr. que ignoro como denominar…? Recordar que todos los jefes y jefucos pertenecían a ese partido que contra todo pronóstico propio, perdió las elecciones y los “pesebres” o “comederos” de la administración.
O cambian de estrategia, o buscan nuevos y más fuertes aliados (si es que quedan en el mundo mundial) o de lo contrario seguirán “jodiendose” y aguantándose, mientras Mr. Trump, camina directo a la reelección.
Ajo… y agua…
Capt. Willie
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