Mi cariño y profundo respeto por los USA y
en general por sus pobladores, cualquiera que de antiguo me conozca o haya
seguido el curso del presente blog, pudo haberlos observado, como asimismo
podría apreciar, que las pautas de conducta, que a través de mis personales
opiniones y de las vertidas por personas en algún momento de mi vida próximas a
ella y a esa vida a la que hago referencia, se distinguen perfectamente de las
formas y comportamientos personales de Mr. Donald Trump y su próximo entorno.
Actuaciones del uno y de los otros, que no entro a valorar y menos a juzgar,
aunque no coincidan con las mías.
Disculpen mi manifiesta ignorancia, pero mi
conocimiento de la “vida y milagros” de Mr. Trump eran sumamente escasos hasta
este “segundo asalto” político y su llegada a la Presidencia. Las personas que
me llevaron a mi querencia y consideración de los USA y de sus gentes, sí puedo
afirmar, difieren profundamente y en todos los sentidos de Mr. Trump y su “mundo”.
Pero aún se encuentran más lejos del “Buen Musulmán, al decir de su abuela y,
de la de las anchas espaldas de estibador portuario de la que se acompaña, que
a los caucasianos nos define como “blanquitos”; de la que debía de haber ganado
las elecciones, pero las perdió ante Mr. Trump; de su boy friend, marido o lo
que sea, el “mete mano a “fandangos ajenos” y a toda esa troupe de
“progresistas” afines a ellos, que para mi concepto no dejan de ser meros
“estulto pijo progres”, eso sí, “muy políticamente correctos o muy correctos políticamente”.
El orden de los factores no altera el producto, resultado: LA MÁS ABSOLUTA NADA”,
la mierda es algo físico y tangible, ellos NADA.