domingo, enero 27, 2019

Dónde empiezan y terminan esos padres, compadres y padrinos…

    Una vez más, niego y reniego de la práctica generalidad de todos esos ampulosos conceptos, que se desprenden de altísimos organismo (como europeo y viejo, haré referencia a la “Torre Eiffel”) y sus consiguientes acrónimos ONU, OTRA, CEE y un largo etc. que a lo único que conducen es al bien vivir y nada hacer, de una serie de inútiles políticos y vividores de todo pelaje, carentes de toda idea de bien, que no sea su feliz vivir, mejor cobrar y figurar. Quienes en sus respectivos países causan o generan sombra a los que mandan y olvidaron lo que era gobernar, de ahí que esa su presencia en tan altísimos organismos dignifique una forma de quitárselos de encima, alejarlos manteniéndoles el bolso y el ego cubierto y que así no protesten.
 
   También soy consciente de que las “Kartoffeln” se asan o cuecen con gas suministrado por el finquero ruso, futuro zar imperial de todas las “rusias”, habidas y por haber. De ahí que la “Kartofelera” tan demócrata ella y anticomunista, con la colaboración necesaria de todos los inútiles y desvergonzados  políticos europeos y a costa de los ciudadanos de la ídem, reunificó ese hermoso país. Tan reguapo él, cuando existía por cuadruplicado: tres libres y uno de contrapeso, comunista.
 

lunes, enero 14, 2019

Al disidente negarle el agua y la sal…

 “Dios que nos dio la vida nos concedió a la vez la libertad” (T. Jefferson)

   Al decir de mis múltiples “afectos” carezco de ortodoxia, confundiendo a mí ver y entender, esos “mis amigos”, la “jota” con el “fandango”. Utilizando dichos términos sin menosprecio alguno para los homónimos bailes regionales de Aragón o Navarra y a esa antigua danza española, tan bien conservada en la práctica totalidad de Andalucía. Utilizando en mi caso con referencia a los “amigables”, ambos términos: como la mínima expresión del pensar y saber de algo o sobre algo y en la aplicación del segundo, como “jaleo”, o ganas e intención de crearlo.

   Mi respeto y cariño por los USA y sus gentes, siempre que ocasión tengo lo manifiesto, extremo de aprecio o desprecio que no oculto por algunos de sus Presidentes (entre estos últimos: “El Marijuanero”; “El Manisero”; “El mete mano a fandango ajeno” o El Buen Musulmán). En el extremo opuesto a los citados entre paréntesis, se encuentra T. Jefferson, a quien recurro como “tabla a la que agarrarme”, ya que en alguna medida la frase libremente traducida y a él atribuida, refleja perfectamente mi personal forma de pensar y actuar. Así les guste a los unos, los otros, a los Marotos y a los del “motto” (lema, como 3ª del Mª. Moliner).   

   No puedo ni voy a negar que mi concepción del mundo está totalmente influenciada y en gran medida condicionada, por los principios de carácter cultural, donde la humanidad como tal, no la puedo entender emancipada de unos aconteceres de índole espiritual, sobrenatural y/o transcendental. En definitiva, de la cultura religiosa en la que nací, crecí y me desarrollé formativamente. ¿Dónde empieza en mí el Judaísmo y/o el Cristianismo, más exactamente el Catolicismo? Es una respuesta que me resulta muy, pero que muy difícil de responder, de ahí que sin ánimo de autoengaño, trate de soslayarla, pretendiendo por todos los medios a mi alcance, compaginar lo mejor que a mi concepto encierran ambas filosofías y prácticas religiosas y, lo más importante, el rumbo, altura y velocidad a imprimir a mi propia vida y a ésta con respecto al resto de mi entorno. Entendiendo como tal el más amplio espectro del término: personas, resto de seres vivos que comparten conmigo el Planeta Azul y por supuesto al citado Planeta y a las leyes de la física y biología conocidas, que lo rigen.   

lunes, enero 07, 2019

El efugio como elemento a la hora de eludir responsabilidades…


     Desde algunas instancias eclesiales de la ICAR y de tres patriarcales católicas orientales, en cierta medida se me está pidiendo “cuenta y razón” sobre las opiniones, afirmaciones, planteamientos y compromisos, que vierto en éste mi blog y, de viva voz siempre que tengo oportunidad para hacerlo. Siendo “especialmente sensibles” las que oportunamente citaré, en ellas una a una, me reitero dentro de las limitaciones que el “decoro” me impone. Teniendo claro, que doy por buena la primera acepción del Mª. Moliner, aunque considero que la tercera va que ni “pintada” para ciertos personajillos, donde sustituiría lo de la fémina por el clérigo. Dejando claro y aclarado que no quiero que se confunda el término anteriormente citado con el del respeto. Este último es para mí un sentimiento de carácter positivo que incitan y/o propagan en mí determinadas personas, ideas o aptitudes, con independencia de mi identificación o no personal con ellas.

     Consciente y consecuente con ese sentimiento de carácter positivo, al que hago referencia en el final del párrafo que antecede, me “doblego” ante ciertas leyes y normas, con independencia de que las considere injustas y dentro de mis humildes posibilidades luche contra ellas. Pero distingo perfectamente en mi cabeza lo que es doblegarme a respetar. Con estos conceptos una y mil veces aclarados, quede evidente que cuando hablo de algo que me preocupa muy mucho: la civilización occidental cristiana y por añadidura la base espiritual – sobrenatural sobre la que se asentó, sin menosprecio claro está, para la filosofía o el derecho, dos patas complementarias con las que determinar ese plano. “Plano” que mientras no me puedan demostrar fehacientemente con irrefutables pruebas, es con todos sus defectos, la menos mala de las civilizaciones hasta el día de hoy conocidas. Con grave perjuicio, que mor a la dejadez o ceguera bien administrada, esa “añadida base espiritual” se diluya como la sal en el agua.

viernes, enero 04, 2019

Cuando la estulticia se pone al servicio de miserables intereses…

Respuesta a una “loca descosida”, que puesta a reivindicar se pierde y no sabe si ponerse a servir o buscar criada.
    Ignoro quien es más tonto, si el que siéndolo lo asume, o aquel otro, que sabiendo a ciencia cierta su cortedad de luces, en base a subterfugios de puro servilismo, trata de que esa, su baja capacidad lumínica de desacompasados  y ligeros destellos, emule las prescripciones de las normas internacionales de balizamiento marítimo y/o aéreo. Por elevación y dentro de su total ignorancia, creen estar sirviendo y ganando méritos con la “superioridad” y lo que están es dejándoles con el “trasero al aire”. ¡Jo… que fino estoy! Aunque no tanto como aquel seminarista, que pretendiendo sentar sus posaderas sobre la base de cierto “Cruceiro” existente en el jardín de un determinado seminario, pidió a los “posados” que apartasen su “pompis”, para acomodar el suyo ¡Qué fina y viril expresión…!

    Partiendo de tales “finuras y viriles expresiones”, no deja de sorprenderme lo soez del vocabulario utilizado, cuando algún miembro perteneciente a ese “claque de danzarinas mariposas”, contacta conmigo telefónicamente, a su creencia de forma anónima y, aprovecha para largar toda la bilis, que opino debía dirigir sobre su progenitora y el “calzonazos” (siendo muy suave) de su padre o del varón que como tal lo registró, quienes sin duda alguna lo convirtieron en lo que es, en una “loca desorejada”.

   Lo dicho y afirmado telefónicamente, me ratificó en todo el contenido de mis publicaciones: “No a la caza de brujas… Ni a las milongas Papales…; “La corrección política y los melifluos algodonosos…” y por supuesto en la afirmación que vierto en mi Felicitación de Pascua. Ampliando el concepto para que no existan dudas: NO CREO EN LOS CURAS GUERRILLEROS, hayan o no pertenecido a la Compañía de Jesús o a la Iglesia Diocesana o a esa extraña fábrica de analfabetos eclesiales ubicada en el Naranco. Comparar a los “mártires de El Salvador”, empezando por Rutilio “Tilio” Grande García (su primer apellido siempre le quedó corto, ante su personal y humana grandeza) y siguiendo por Mons. Oscar A. Romero y/o a los “sobrevenidos” en noviembre del 89, con los bandidos, que independientemente del sacramento del orden del que estuviesen investidos, murieron poseyendo “barraganas” (hablo en plural, algunas menores de edad y hermanas entre-ellas) y empuñando un AK-47 (vulgo, Kalashnikov) o los sobrevivientes, con independencia de sus estancias místicas isleñas, haciéndose ricos con la posterior “Piñata” y tratando de encubrir sus latrocinios bajo una falsa “teología de la liberación”. Pero sí de su liberación con el saqueo de bienes ajenos, incluidos inmuebles, mobiliario, obras de arte y joyas “piñateadas”, vulgo robadas, en “Las Colinas” al S. de Managua. Mal que les pese a unos y a otros, estos bandoleros llegaron a hacer casi bueno al no menos bandido que ellos “Tachito Somoza”.