Rememorando el
color de la fruta en sazón, el rojo y por extensión, el rojerío…
El hambre suele asociarse a
las ganas de comer, de ahí que considere dentro de esa lógica, que todos los
desvergonzados con independencia de su definición política, pero tendencia
ideológica dentro del espectro de ese color, en el que se encuadran sus ideas,
siempre “progresistas” y reiterativamente conducentes a ser impuestas por la
fuerza a los demás. Ya que como “auténticos demócratas” que son, cuando prueban
el vivir del erario público, consideran que eso, lo público, se hizo para ellos
y ellos a su vez para lo público. No llegando a entender ni comprender, que
desde la primera implantación de tal “vivir ellos”, allá por octubre del
diecisiete del pasado siglo, condujo a la humanidad a lo que la condujo. El 82%
de todos los asesinatos orquestados y dirigidos en el mundo, con sus correspondientes
gulags, campos de exterminio, muerte por hambre e inanición, así joda y les
joda, fueron y siguen siendo causadas por esa esas “magnánimas” ideas
pigmentadas por dicho color