lunes, octubre 14, 2019

Deambulando… queriendo ignorar de dónde venimos… sin saber a dónde vamos.

    Dice el Mª. Moliner, del Deambular (del lat. Deambulāre): intr. *Andar sin objetivo determinado; no se aplica a distancias muy grandes: ‘Deambular por el palacio [o la ciudad]’. 1 Vagar. 2 *Callejear. A mi concepto la conjugación de este verbo es la más clara definición del actual estado de opinión, generalizado en el mundo del “ecologismo económico folclórico”, donde deambulan en el corto, plazo una variadísima caterva de vividores de toda estofa, a la que ciertamente, en ámbitos que se consideran científicos, se les da la “bolilla” precisa, para ellos seguir viviendo de hipótesis y planteamientos, en los cuales sin aportar una centésima parte de las proporcionadas por J. E. Lovelock, se permiten incluso, cuestionar hechos y acaecidos debidamente contrastados por la paleontología y la climatología. No las de computador, sala de conferencias y especial interés en salir en la foto con cita a pie de la misma.

 
    Dado el deambular al que se hace referencia en el párrafo precedente, nos encontramos con la “compartimentación estanca” establecida entre los distintos ámbitos a vivir del cuento: Ciertos Ingenieros se reúnen en fraternidad y campaña con un grupo de industriales y desocupados afines. Hablan y se les llena la boca, con la modernidad de sus construcciones, publicando la gran innovación tecnológica no contaminante de la combustión de gas “natural”, como alternativa a los derivados del petróleo. ¡Toma ecología y ecologismo…! Según se ve, los técnicos, los constructores y los comparsas, saben que deben ser ecologistas, pero no saben que el mal denominado gas “natural”, tanto en una combustión con iniciación por chispa eléctrica, como por reducción de volumen y consiguiente compresión, a la hora de emitir esos malévolos gases en escapes, en el mejor de los casos, doblan a los generados con cualquier combustible líquido, siempre que éste se “queme” a la debida temperatura de ignición.

miércoles, octubre 09, 2019

Si obtener el perdón es importante, más aún, el saber pedirlo y porqué se pide…

    Dada la longitud en la que me encuentro, estoy en pleno Kal Nidré, dándome que pensar la profundidad que encuentro en esta frase: “En el tribunal de los cielos y en el tribunal de la tierra, por el permiso de Dios, alabado sea, y con el permiso de su santa congregación, nosotros mantenemos que está permitido rezar junto con los transgresores de la ley”. Lo cual me permite y autoriza, como tal transgresor, a invocar al Bendito Señor nuestro Dios, su perdón, agradeciéndole que haya preservado mi vida para llegar a esta celebración y entrar en el Yom Kipur libre de promesas incumplidas. Que Él en su inmensa misericordia guie mi vida, la de los míos y la de todos los hombres de buena voluntad hacia Él. Por extensión a todos esos sus hijos, que en un dado momento, pueden reclamar nuestra atención en cualesquiera de sus necesidades espirituales y/o humanas.
 
    Que la inminente festividad del Yom Kipur sea en realidad un Día de Perdón, solicitando humildemente a todos mis enemigos me perdonen de corazón y cabeza, proponiéndome yo el hacerlo con todos aquellos a los que hasta hace unos instantes consideraba como tales. Que Él nos conceda a unos y otros su perdón.
 
    Shalom aleijem La paz sea con vosotros.
 
 
                                      Capt. Willie 

martes, octubre 08, 2019

El voluntarismo ecológico y la ecología como ciencia…

    Mi forma de pensar y actuar ante los trágicos – cómicos planteamientos desarrollados en ese foro internacional de políticos, vividores y especies afines, donde su credibilidad, confianza y seriedad quedan avalados por la presencia y voz concedida a una “analfabeta totalitaria”, por muy sueca que esta sea y representante de lo más simbólico del “ecologismo sandía”, donde el verde exterior queda compensado con el rojo (de rojerío) interno, aliñado con la más supina de las reiteradas y reiterativas patrañas carentes de todo rigor científico.

    A través del presente y en todos los foros donde me dieron opción a ello, afirmé y me reitero, que la climatología como tal y consiguientes parámetros de carácter cuantificables que en ella intervienen, en cierto modo son reiterativos y repetitivos, desde que la ciencia (redundo “ciencia”) está en disposición de cuantificarlos. Dejando al margen las hipótesis o ficciones, fruto de la simulación con determinados supuestos en los más potentes ordenadores, digo, afirmo y repito: ficciones. Todo resultado a un supuesto patrón, estará en función de los datos de partida suministrados.
 
    El calentamiento global, del que sin pudor alguno nos habla el político de turno, el vividor correspondiente o el experto en pseudo-ciencia, con un programa alternativo propio, en todos los casos, sin el mínimo rigor y fundamento al que hacer referencia válidamente, no deja de ser una forma más de realizar “brindis al sol”, astro él, que posiblemente y sin nosotros saberlo tenga bastante más participación en los sucesivos calentamientos, no “calentazos” y enfriamientos, no “gatillazos”, que este “Planeta Azul” tiene acreditados a través del tiempo como espacio temporal y de la ciencia: compendio de los conocimientos adquiridos por el estudio metodológico de las leyes que rigen las distintas y variadas ramas del saber.
 

martes, septiembre 24, 2019

¿En manos de quien estamos…?

No puedo sustraerme a la auténtica congoja que me produce el trastoque de conceptos a los que atónito asisto… Una joven indocumentada (en el más amplio sentido del término y concepto), por muy sueca que sea, se permite y le permiten “barrabasear” en ese foro, al que en todo momento y ocasión le muestro el “respeto” del que a través de su existencia se hace merecedor: NINGUNO. Viéndome una vez más en la inexcusable necesidad de incluir en esa falta de consideración, a todos esos inútiles farsantes que viven de no hacer nada, al menos práctico y positivo, que dicen dirigirnos y lo que hacen es mandarnos, y por supuesto mal.

    Con la alegría y el desenfado que da la total ignorancia de lo que son las distintas ciencias, que estudian los más elementales principios por los que se rige la naturaleza, como concepto básico del conocimiento científico acumulado por la humanidad a través de los siglos, vemos a esa “niñata”, a la que una partida de vividores de lo más heterogéneo le da “bolilla” y ella a ellos “vidilla”. Ya me contarán que fiabilidad y respeto pueden merecer todos aquellos que permiten ser insultados por una “mequetrefe” (cualquiera de los apelativos que el Mª. Moliner aplica a dicho termino, creo que se quedan cortos), opinando es apropiado el aplicarlos a los que no la mandan a la escuela o a la m…, o quizás sea que los que la escuchan y la consienten son tan ignorantes y carentes de formación como ella.