Segunda Parte/Second Part
Quien se haya molestado en estudiar en profundidad el “Plan Morgenthau” (planteado en la Conferencia de QUEBEC, Canadá, en clave “OCTOGON 2”), y no sea un auténtico miserable, sabe que W. Churchill se vio obligado a aceptarlo, pero que fuentes de toda credibilidad, hablan de su “imperdonable indiscreción”, con la trascendencia de la “letra y espíritu” del mismo a la prensa USA. El revuelo que dicho “Plan” creó en la opinión pública USA, obligó a que fuese de inmediato retirado, por parte del presidente F. D. Roosevelt.
No obstante a dicho rechazo y suspensión formal del plan proyectado y acordado, por ser cierto que figuraba entre los acuerdos tomados en la citada conferencia, su contenido original (conocido a través de la prensa libre USA), fue utilizado por el vulgar criminal, ministro de propaganda P. Joseph Goebbels, para justificar, apelando al nacionalismo a ultranza, la continuidad de un guerra perdida de antemano, a la espera del “milagro” de las nuevas armas, y poder salvar así a la raza aria. La misma a la que ellos, sus indeseables dirigentes, con la necesaria colaboración de la gran mayoría de su población, condujeron al “callejón sin salida” al que la metieron.
No obstante a dicho rechazo y suspensión formal del plan proyectado y acordado, por ser cierto que figuraba entre los acuerdos tomados en la citada conferencia, su contenido original (conocido a través de la prensa libre USA), fue utilizado por el vulgar criminal, ministro de propaganda P. Joseph Goebbels, para justificar, apelando al nacionalismo a ultranza, la continuidad de un guerra perdida de antemano, a la espera del “milagro” de las nuevas armas, y poder salvar así a la raza aria. La misma a la que ellos, sus indeseables dirigentes, con la necesaria colaboración de la gran mayoría de su población, condujeron al “callejón sin salida” al que la metieron.