miércoles, mayo 13, 2020

Gaslighting o simple “iluminación de gas…”

    Aquellos que en un lejano día tuvimos la suerte o desgracia de destacar o salirnos de la tónica del momento y en el momento, en los entornos en los que nos movíamos, lógicamente se nos consideraba “peligrosos” ya que poníamos en cuestión “derechos adquiridos”, en base a “hipotéticos” servicios prestados, donde la “hipótesis” de partida se asentaba en ir lentamente tomando atribuciones, que nadie con capacidad para ello les hubiesen conferido, pero que a su vez, al no negárselas expresamente, tal auto – concesión iba creciendo en oportunidades y provechos. Una vez “adquiridos” estos, no estaban en disposición de que se les cuestionasen y menos aún, ceder esas prebendas sociales y económicas que ese staff auto – adquirido les confería.
 
     Así el que esto suscribe y desconociendo la existencia del concepto que encabeza el presente, vivió en primera persona y por partida triple los efectos de la manipulación interesada de aquellos retribuidos auténticos usurpadores de atribuciones y funciones. A tal fin y fruto del desenfado de los pocos años e inexperiencia, fui presa fácil de los manipuladores interesados, debiendo de agradecer siempre y en cada uno de los tres ámbitos a los que oportunamente aludo, la existencia de personas que con su integridad moral y autoridad a ellas sufragáneas, me protegieron del soterrado descredito, al que interesadamente me llevaban comentarios más o menos afortunados, convertidos en “cuentos y chascarrillos”, unas veces por mi referidos y en la mayoría de las ocasiones, dichos por otros e indebidamente a mí atribuidos.

lunes, mayo 11, 2020

Comunismo, socialismo del siglo XXI ergo inutilidad y desvergüenza…


    La carencia de formación jurídica a la que reiteradamente, a través del presente, hago referencia, no me impide el saber que la LIBERTAD, es el más preciado bien que demando, siendo básica en mi concepción de la vida. La LIBERTAD en mi caso, siempre, en toda circunstancia y ocasión, solamente admite un  límite y condición: ese punto de inflexión es donde comienza la LIBERTAD ajena. Siendo por tanto la LIBERTAD, el único bien del que demando más de la que gasto. 

    La cobardía y la desvergüenza suelen ir parejas y emparejadas, confundiendo esos paladines de la administración de la libertad ajena, sus ansias de mandar y no gobernar, entrando en todos los casos en una serie de subterfugios falsos y rastreros, a la hora de justificarse y acusar a todo aquel y aquello que de forma clara desvirtúe sus planteamientos de índole dictatorial: sean estos en lo social, político o económico. En vez de criticar cobardemente mis afirmaciones demostradas y demostrables sobre lo que es un régimen comunista, donde lo “folclórico” del clima y consiguiente “idiosincrasia” lo particularizan. No alterando en absoluto la restricción total de libertad, para los “mandados”, siendo asimismo en lo económico y social el clásico embudo, donde la parte ancha es para los mandantes y afines, la estrecha para los mandados. Cuanto más ajenos sean los “mandados” a lo que mandan  los mandantes y no gobernantes, más estrecha es la parte cónica que se les aplica.

domingo, mayo 03, 2020

La peste china… y encima se cabrean…

   Lo peor que puede sucederle a un comunista, es tratar de engañar a alguien que siendo muy muy joven, en un verano, vivió y vio por sus propios “ojos pecadores”, la “leche”, mejor dicho la “bilis infecta” de aquel campo de concentración que era Polonia, bajo la corrupta dictadura del  camarada W. Gomulka y la del homónimo alemán, su colega, el también vulgar delincuente y asesino, W. Ulbricht.

    La suma de aquellas mis experiencias en Darlovo y Swinoujscie, unidas a las de Rostock, me permitirían hacer un amplio tratado sobre la esclavitud humana, incluida la sexual, de jóvenes de ambos sexos. Unido a un despilfarro propio de las “mil y una noches”, en la trastienda de los “Baltona”, en nada acorde con todo racionado, incluido aquel pan, de un color parduzco “ennegrecido”, con un papel pegado para identificar la pieza.

   Pueblerino de mí, en aquellas paupérrimas poblaciones, descubrí que existía el champan francés Moët & Chandon, y que dicha bebida servía, aparte de para beberla, como elemento con el que bañar, o mejor remojar de cabeza a pies, a un sinnúmero de jóvenes polacas, seguramente prostituidas en base a la necesidad y miseria imperante. Espectáculo que por sí era vomitivo y del que en base a las más variadas disculpas, lograbas evitarlo.

   A pesar de las diversas y dispares actividades profesionales - académico – económico – sociales, en las que me vi involucrado en este “malhadado mundo capitalista”, nunca vislumbré tan abyectos comportamientos, como los observados por los “hombres de las estrellas doradas en la solapa”. Del campo de concentración alemán y, jugándose la vida, puedo decir, que vi meterse en el escaso espacio existente entre el mamparo y las dos cajoneras laterales de la mesa de la telegrafía y, las piernas de la “Sparky”, como mínimo a cuatro personas y en cuatro ocasiones, en un peligrosísimo viaje hacia la libertad.

martes, abril 28, 2020

Hacerse acreedor de “pay attentions” a estas alturas de mi vida…


   Humildemente he de reconocer que en mis años mozos, en particular en mis estancias en el entonces Salvador, del Col. A. Molina y/o en la Managua de Tacho Somoza, dadas mis “buenas” relaciones con los “guzmanianos” discípulos ellos del Maestro de la Iglesia, Domingo de Guzmán, con más asiduidad de lo que quisiese, solía recibir los correspondientes “pay attentions”, que desde Roma me “embutían” vía telefónica, un día sí y el otro también.

    Quizás fruto de los pocos años y del desenfado a que hacía gala en aquellos lejanos tiempos, sin llegar a que me entrase por un oído y me saliese por el otro, las sentidas palabras que me trasladaba, el hoy ausente, Rvdo. P. J. Iglesias, solían influir muy poco sobre mi actitud, ya que las grandes diferencias conceptuales que me separaban de aquellos “agentes propaladores” de los horrores de las “Calderas de Pedro Botero”, y su escasa capacidad de visión del infierno que nos rodeaba en nuestra diaria cotidianidad, me llevaban de continuo a aseverar en público y en privado, que su Cristo y el mío no tenían nada en común. Extremo este, que aún hoy en la distancia del tiempo, creo siguen tan antagónicos como entonces.

   Estas reflexiones que a modo introductorio realizo, me llevan a dar respuesta a un “pay attention”, que recibí vía telefónica en el día de hoy. “Pay Attention”, que contrariamente a aquellos y en común con ellos: que éste sí me afecto profundamente, por lo razonado del mismo, a la vez que la persona que me lo dirigió, dentro de mi escala de aprecio y valoración, aunque con menos familiaridad que la mantenida en su día con el difunto P. Iglesias, ocupa un especial lugar de respeto y consideración.