domingo, marzo 13, 2016

Va de carreristas, carrerónes y especies análogas…


    Sea por la distancia que separa Ciudad del Vaticano de las diócesis y/o archidiócesis y en la gran mayoría de los casos a los titulares de las mismas del clero y fieles que les circundan, lo cierto, es que, los carreristas bien mandados, y si media el culicagadismo mucho mejor, lo tienen fácil.

    S.S. Francisco, en un momento dado habló y criticó la “chismología” como elemento pernicioso dentro de  la iglesia. A lo que no llegó, fue a mencionar el uso y abuso del perfume “oveja” por parte de obispos y arzobispos, ni del agua de colonia del mismo olor, reservado para la “morralla”, bien mandada y servil, ante una posible inclusión o exclusión en la terna correspondiente para obispín u obispo auxiliar.

    Entiendo que la distancia física es un hándicap negativo a la hora de elegir y que si damos por hecho la intervención del Espíritu Santo en dicha designación (extremo que me niego por principio a no aceptar como tal), la cosa se complica aún más si cabe. No obstante, lo que si se me hace extraño, es que las plumas y plumero que algunos lucen pasen desapercibidos y después nos pillen de sorpresa, cuando se producen clamorosas salidas de armarios, roperos y trasteros. Salvo que sus valedores en la citada Ciudad del Vaticano, posean dichas plumas en la cola, como las de los pavos reales y cuando las erizan impidan ver lo que hay detrás de ellas.

     En mi ignorancia supina, me permito preguntar a quien pudiese darme respuesta: Los vicarios generales, alter ego de los Sres. Obispos o Arzobispos, secretarios y demás cargos de la Curia diocesana, independientemente de cumplir (al menos teóricamente con los correspondientes cánones) deben de ser bien mandados o pasotas (que de todo hay), de forma tal, que a un Ordinario, al que los fieles, posiblemente por ese olor a oveja que despiden le ofenden, su corte de ojetes con aspiraciones le siguen. Entrando en bucle el Ordinario y los Ojetes de los que se rodeó.

     Mi dureza de mollera puede entender que la “chismología”, “rumorología” y “maledicencia”, sean graves y dañinas para toda colectividad y que en el caso de la jerarquía llamada a guiar al pueblo de Dios, más aún. Lo que ya no alcanzo a ver ni vislumbrar, es la ceguera de la que algunas veces hacemos gala. Nadie se pregunta en la “Casona” (antes) en la “Casina” (ahora) Santa Marta: cómo es posible que los presbíteros propuestos por la gran mayoría de las diócesis para obispin u obispo auxiliar, en términos generales  siempre proceden de los “estamentos burocráticos” de las mismas, ¿acaso los Sres. Ordinarios, viven tan aislados del resto del clero diocesano, que no saben de la existencia de otros posibles candidatos más idóneos? ¿Será que los pastores de frontera y/o apacentadores de rebaño, al oler de verdad a oveja, se hacen insoportables a narices tan acostumbradas a la impostura de olores, o al chanel?.

     Cuando uno pone oreja y oye que en una hipotética terna, está incluido alguien, cuyo mayor mérito fue alterar subrepticiamente su propia titulación y el historial curricular académico de su ex jefe. Jefe, quien al día de hoy, no tuvo el valor de desmentir a través de la tercera de un diario de tirada nacional, las loas que alguien que dice ser su amigo le dispensó y entre col y col, la licenciatura que le adjudicó. Por otra parte, la misma que le atribuye una conocida enciclopedia, que si en el resto de las informaciones es tan veraz como en el caso que nos ocupa… Él en su inmensa bondad, nos pille sobre aviso.

      Es jodido, cuando alguien acertada o equivocadamente, enfocó su vida bajo las directrices emanadas de un Dios hecho hombre, llamado Jesús  (pero el de Nazaret), ver todo lo que le tocó ver. Sin perjuicio de que ante tales visiones, siempre recurra a la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, pidiéndole le ilumine y que no permita que decaiga su Fe. Pues entre la obra del Ocupa de los Altares y los acólitos que en su día nombró, me hacen imprescindible el recabar esa Fe. 

                            Capt. Willie

2 comentarios:

  1. Ud. elimino mi comentario.
    No es un problema de distancia, es un problema de mirar para otro lado. No es un problema de gallos, es un problema de gallinas cluecas. El Santo Cristo... sabe muchas cosas, pero por suerte para algunos no habla.

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    1. Gracias por dirigirse a este mí blog. Créame Vd. que no le borré deliberadamente, fue un accidente. Aunque a priori creo que el texto es el mismo que el que indebidamente quité.
      En lo concerniente a su primera afirmación, creo que debo contradecirle: S. S. dio claras muestras de total comprensión hacia las personas por dispares que seamos. Pero “pay attention”, de esto a mirar para otro lado, considero existe un abismo.
      La segunda frase no alcanzo a entender su contenido, pues en mi entorno por “Santo Cristo”, entendemos al de un pueblo vecino Candás. Pero me cabe la duda sea el de Medinaceli o cualquier otra advocación. De ser el primero paso a vislumbrar donde está el gallo volandero y las gallinas.

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