domingo, marzo 17, 2019

La Cristeta Elisabeta, a la par que “recauchutada”, coimera y zafona…

   Este execrable personaje, en la actualidad con más “recauchutados” en su cuerpo que las ruedas secundarias de un camión. Dadas las “babayadas” que desde hace muchos años, cada vez que abre su bocaza suelta, diríamos que solamente hace bien, el conjugar los verbos regulares “coimear” y “zafar”. Negándome por obvias razones de respeto, a utilizar el “mexicanear”, como sinónimo del evidente fortunón “apandado” por la, en otra hora pobretona, eso sí tan fachendosa y atorrante como lo es ahora.

   Su capacidad de conjugación del segundo de los verbos, el “zafar”, es el más claro sinónimo de lo que es el Senado de esa república, con falsas ínfulas de país civilizado y asentado en un estado de derecho. Cuando tamaño personaje, consigue “zafarse” de dar con el conjunto de su “recauchutado body” en la celda de una cárcel, como vulgar delincuente común que es, queda claro y aclarado que estamos hablando de aquella “comparsa milagrera”, inaugurada por el “Pocho” y la aspirante a marquesa o condesa vaticana, quien tras su “turné europea”, tuvo que retornar a Bs.As. con un rosario, pero coste, que no el de su madre… como el de la canción. “Sofisticadísimo” regalo, con el que se la quitó de encima Pio XII, teniendo que soportar sus males humores y peores modales, él a la sazón Domenico Tardini, Secretario de Estado.

viernes, marzo 08, 2019

La pérdida de un fiel amigo y lector…


    Esta pasada madrugada recibí una llamada telefónica, con origen en US y desde un número telefónico que no tenía memorizado. Al habla, una joven voz femenina, que en un perfecto español, me preguntó si estaba en “conversa” conmigo; al confirmarle tal extremo, se me identificó como Wilhelmine, la hija mayor de mí buen amigo “Juancito”, de quien me comunicó el fallecimiento, la anterior semana, de un infarto en aguas próximas a su propia casa, en Newport (RI), practicando a sus 66 años su gran pasión, el submarinismo.

    Wilhelmine, al margen de comunicarme el fallecimiento de su padre, me mostró el disgusto que en un dado momento le causó mi olvido, al no nombrarla entre los niños a los que sus padres cristianizaron con mi nombre, en alguna medida en recuerdo de las “barrabasadas” que hubiésemos podido hacer o compartir. Desde aquí y ahora pido cumplido perdón a los tres ofendidos: a mí ausente amigo “Juancito”, a Wilhelmine y a su Sra. mamá, mi muy distinguida amiga Edelm, a quien aprovecho para mostrar mi pesar y darle mi más sentido pésame por la ausencia del hombre de bien, su marido y padre de sus dos hijas.

    Coincidí de forma casual por primera vez con “Juancito”, en una de mis visitas a un común amigo, quien al margen de ejercer como  “university teacher”, estaba asignado de coadjutor en una parroquia católica, sita en el Bronx (NY). Él me lo presentó y me habló del tremendo esfuerzo realizado por aquel joven, para la obtención del entonces “GED” y un buen dominio del idioma inglés hablado y escrito, lo que le había permitido, con diecisiete años recién cumplidos, su alistamiento en la US. Navy como marinero, con aspiraciones a más. Pasados unos meses y visitando al cura párroco de una iglesia católica de Mobile (AL), hermano del coadjutor al que anteriormente me referí, volví a encontrarme con aquel joven “rating” de la US. Navy, quien casualmente estaba embarcado en un destructor surto en el puerto local.

lunes, marzo 04, 2019

Occidente a pesar del giróscopo y los satélites geoestacionarios, perdió el Norte.

    Durante muchos años, carnaval y los santos inocentes tenían fechas determinadas y en el primero de los casos, las personas se disfrazaban de acuerdo a su cultura y usos habituales a cada área geográfica, estatus social e incluso cultural. En el segundo, las inocentadas con el clásico “inocente que te cayó la frente”, alcanzaban a niños y mayores. Así serias publicaciones impresas, se permitían informar en “portada” a “bombo y platillo”, desde la imagen del puente, el río o la estación ferroviaria local derruido, desbordado o seco y el nuevo proyecto… copia original de la estación central de Detroit.
 
    Bien dije, “serias publicaciones impresas”. En las épocas a las que hago referencia, las “rotativas” dependían de cabezas, que como tal pensaban y consecuentemente con ello actuaban, permitiéndose las licencias del “antroxu” o la “batalla de D. Carnal y Dª Cuaresma” y las consiguientes inocentadas. Con la aparición del título de Periodista, la proliferación y diversidad de medios de comunicación, la necesaria mercantilización de los mismos e independientemente de su “línea editorial”, nos condujeron salvo honrosas excepciones y, gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías, a la más absoluta desinformación. Eso sí, en tiempo real.  

lunes, febrero 25, 2019

Reflexión a voz de pronto…

    En otros momentos de mi vida, la controversia formó parte de mi cotidianeidad, “entrando al trapo” tanto en el ámbito religioso como en el político. Nunca llegué a conseguir aunar ambos conceptos y eso que puedo presumir de  haber vivido y compartido parte de mí andar y obrar con auténticas autoridades. Ejemplares próceres de la teología de la liberación, de la de verdad, de esa que a la mayoría de ellos les condujo a sabiendas a la inmolación por  esa, su fe y consecuente actuación con respecto a sus principios. Que Él en su infinita bondad los haya acogido en su seno y concedido la paz eterna.
 
    Actualmente y fruto de los años mi posición cambió. Un socialista, comunista o potencial marcianito, son personajes a los que por principio desprecio, como vilipendio todo aquello que trate de igualar a las personas en cualesquiera de los órdenes de la vida, considerando que salvo ante la Ley, cada uno de nosotros es un mundo y como tal, poseemos nuestro propio microcosmos desde lo cultural – económico  – social. “Al que Dios se la dé, san Pedro se la bendiga”.