Hoy 15 de agosto, en esta mi villa natal, en
otra hora marinera e industriosa, la que en un malhadado día, cambió la
industria siderúrgica y afines por la sidrerúrgica (Llagares) y complementarias
(Sidrerías). Celebramos la fiesta de la Santísima Virgen María, bajo la advocación
de “Begoña”. Advocación particularizada de la gloriosa Asunción de la Virgen
María a los cielos. Dogma establecido por S.S. Pio XII el día 1 de noviembre de
1950.
Dada la “modernidad” de nuestra Santa Madre
Iglesia, una vez más se hace de “derecho”, lo que ya era un hecho. La proclamación
de dicho dogma solamente vino a respaldar la veneración, de antiguo muy
arraigada, en la fe de amplios sectores de los países del área mediterránea europea
y de la América Latina.
En esta actual villa “sidrerurgica”, la advocación
y patronazgo a nuestra Sra. de Begoña, parece ser que se remonta a 1752, cuando
unos pescadores de una ballenera armada por la “cofradía de San Pedro” de Lequéitio,
a su regreso de Terranova, fueron azotados por una fortísima “galerna” que
estuvo a punto de hacerles perecer. Ante tan desesperada situación, prometieron
que si conseguían arribar sanos y salvos a tierra, erigirían una Capilla en
honor a la Santísima Virgen María, de la cual eran devotos bajo la advocación de
la Asunción.
Así, cuando consiguen llegar y varar sanos
y salvos, en un arenal próximo al entonces espigón de cierre del puerto local, proceden a dar cumplimiento a la promesa contraída, buscando un lugar
apropiado para ello. Posiblemente en lo que hoy se conoce como la cuesta de
Santa Olaya, lugar próximo al que parece ser desembarcaron. Para distinguirla
en advocación de la de su pueblo, y por tener mayor proyección, la dedicaron a
la santa patrona de Vizcaya, Ntra. Sra. de Begoña.
Independientemente de las remembranzas que
para mí encierra este día, el 15 de agosto, he de confesar que al igual que el
16 de julio y 1 de enero, cambiada esta última fecha por el 26 de diciembre (en
la Iglesia Católica Siriaca), son por excelencia fechas que dedico a esa mi
divina madre, compartida con Dios hecho hombre. Jesús, el judío, su amantísimo hijo,
nieto de Ana y descendiente de la noble estirpe de David (*1).
Asimismo en esta fecha y en las otras tres
(dos) citadas, tengo un especialísimo recuerdo para esas “grandes mujeres”, qué
desde la que me dio la vida, a aquellas que llegado un momento estuvieron
dispuestas a dar la vida por la mía: Dina, Ritina, Petra, Raquel y Encarna. A
las cinco y "mis tres actuales": esposa, hija y nieta, a su santísima protección encomiendo,
a la vez que le ruego llegado, el momento se acuerde de interceder por mí, su
hijo, ante el Santo Portero.
Felicidades a todas las Begoñas, Asunciones
y a aquellas que bajo las distintas advocaciones celebran su onomástica en el
día de hoy.
Capt.
Willie
(*1) Soy consciente de que pertenezco a la ICAR, y por
tanto, dejo consecuentemente de lado la genealogía lógica trazada por línea
paterna, ya que de acuerdo a mi fe, su padre fue El.
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