Ignoro qué hay de cierto en la base
inspiratoria del letrista D. Luis Bayón Herrera, cuando compuso el tango “Un
tropezón”. Me dicen, sin poder precisar sí fue un neandertal o un cromañón, el
primero que tropezó con una piedra y se rompió la “crisma”, surgiendo así el
concepto “un tropezón cualquiera da en la vida”, lo que por analogía evolutiva
y dada su consideración de homínidos, parece ser lo que nos llevó a la
irrefutable convicción de que el “hombre*1) es el único animal que tropieza dos
veces o dos docenas en/o con la misma piedra”.
Para llegar a los lodos, tanto físicos
como morales, siempre y en todos los casos hay que remitirse en origen a los
“polvos”, en sus dos más comunes acepciones. Hecho este que la reiteración
histórica nos muestra, pues según se desarrollen los acontecimientos con
afinidad a los “polvos”, el devenir social se amolda.
Los homínidos descendientes de aquel que se
“rompió la crisma” con el primer tropezón semi-documentado de la historia,
venimos tropezando con la misma piedra, que más pareciese la “Piedrona del
tropezón continuado”, pues en nuestro devenir histórico, más antes que después,
nos “rompemos una y otra vez la crisma y, para más joderlo, con la misma
piedra.”
El “tropezón y consiguiente rotura de
crisma” que sufre la actual “República de Pobrezuela” en manos de un sátrapa
ladrón y asesino llamado “banano podrido, por maduro” y en el que si El, Yah,
no lo remedia, en los próximos meses terminará de “romperse la crisma”. La
finca nicaragüense de Bonnie & Clyde (lo de linda parejita no
les encaja, ni de coña), los homólogos de “banano podrido”, “Dany” y “Rosarillo”,
para colegas asesinos, ladrones y alcahuetes afines a ellos. Clyde, la “bruja
Chayo” para los que padecen sus robos y crímenes. “Tropezón” que en este
segundo decenio del siglo XXI, se llama socialismo con el “apellido” del citado
siglo. Vulgo comunismo puro y duro, disfrazando su nombre.
Para llegar a él, al Comunismo Puro y Duro,
a modo resumido iré mostrando los continuos “tropezones” y consiguientes
“roturas de crisma”. Los factores
económicos que se venían padeciendo desde mediados de la segunda década de
1800, se vieron agudizados por las fuertes oscilaciones de los precios –
salarios y la consiguiente falta de poder adquisitivo. A ello contribuyeron de
forma directa, las crisis sufridas por la restricción del crédito y la
parálisis agrícola, propia de lo anticuado del modo productivo, lo que
incrementó notablemente el empobrecimiento del campesinado. La conjunción de
estos hechos de índole monetaria, impactaron directamente en todos los ámbitos
de la vida cotidiana. Incluyendo a su
vez, las inquietudes que despertaban las corrientes nacionalistas unificadoras o
disgregadoras, que algunos pueblos manifestaban al pretender la independencia
como país y/o su unificación, caso de Grecia y Bélgica o de Alemania e Italia;
siendo particulares las de Polonia y el imperio austriaco. De ahí que cuando se
habla de las sucesivas revoluciones, deben de tenerse presentes los factores:
económicos, ideológicos, políticos y sociales. Sin poder separar en cada caso y
lugar los distintos catalizadores: la masa obrera, la burguesía o los
nacionalismos.
A fuer de ser objetivo y sin caer en
“criminalización alguna”, en toda esta situación a la que se hace referencia,
juegan un importante papel las “sociedades secretas” de la época,
interconectadas internacionalmente entre-sí y en las que participaban de modo
activo oficiales y jefes de los distintos ejércitos. Estas en la gran mayoría
de los casos, se dedicaban a la conspiración y organización de posibles
revoluciones, donde hipotéticamente los “escalafones caminasen más de prisa”.
Mención aparte, merecen los “carbonarios”, los cuales luchaban secretamente y
en todos los frentes y contra todos los gobiernos de los estados italianos, en
pro de la unificación. Consecuencia de esta situación creada, los gobiernos se
vieron obligados a aplicar medidas de carácter restrictivo, que provocaron un
mayor malestar en general, pero en particular entre la burguesía.
Las revoluciones denominadas “mediterráneas”
o de 1820, llevaron en España y Nápoles a la implantación de monarquías
constitucionales, pero de mano, condenadas al fracaso por la intervención de
las monarquías absolutas. Caso aparte fue la sublevación griega contra el
imperio turco. Sublevación inicial que degeneró en una larga guerra que duró
entre 1821 y 1932, donde lógicamente todo imperio que se preciase procuró sacar
“su propia tajada”. Así los tratados y “trastadas” se sucedieron, siendo de
destacar: el libre tránsito por los estrechos del Bósforo y Dardanelos, la
entrega a Rusia de Valaquia y Moldavia. No conformes con el tratado, Francia,
Gran Bretaña y Rusia, organizan la “montada” del Protocolo de Londres, por el
cual negaban la existencia de la Constitución griega, a la vez que declaran una
independencia de Grecia bajo su protección. Jodiéndoles en sus lógicas
aspiraciones territoriales, sobre todo en el Golfo de Corinto, al verse
obligados a renunciar a la parte sur de Tesalia.
A nivel personal, siempre creí que este
“proteccionismo” al que hago referencia en el párrafo precedente, fue el que
condujo a los “griegos” modernos en general, a ese “sinvergoncismo” del que
suelen hacer gala y que al que esto suscribe, le llevó a que le “diesen por el
saco” en los más remotos lugares y circunstancias, ya que en mi credulidad o
falta de malicia, pagué la parte alícuota de una “protección”, de la que juro
no haber tenido ni arte, ni parte.
Como oportunamente veremos, al igual que
en la independencia Griega, en todas
las revoluciones del siglo XIX, Gran Bretaña siempre permaneció al acecho, pues
al margen de que a ella internamente no la afectasen, dado que disfrutaba de
una Monarquía Parlamentaria consolidada, en nada le perjudicaba el procurar
sacar la “mayor tajada” posible a costa de sus vecinos por próximos o lejanos
que éstos se encontrasen geográficamente.
Si las revoluciones de la década de los
20s del siglo XIX, salvo en el caso de Grecia carecieron de movimientos de
masas, no así las de los 30s, que revistieron una mayor profundidad y afectaron
a prácticamente toda Europa en sus políticas sociales y económicas. En julio de
1830, en la Francia donde manda autocrática y consiguientemente a “polvo a
discreción”, Carlos X, padre putativo de leyes tales como la “del
sacrilegio”, “del derecho a la primogenitura”, de “indemnización
a los emigrados”, entendiendo por tal, la devolución de los bienes
confiscados por la Revolución Francesa de 1789. Quizás “empolvado” entre unos y
otros “polvos”, se le ocurre la brillante idea de “parir” la “de vándalos”,
donde de un “plumazo” a sustituir por el consiguiente “espadazo”, se pretendía
poner “bozal” a las publicaciones. La disolución de la Cámara y celebración de
nuevas elecciones, llevó a un considerable aumento de diputados del ala liberal,
lo que conduce a la dimisión de Villéle y le sustituye Martinac.
A este le obligan a dimitir, siendo reemplazado por el conservadurismo extremo
encarnado en el príncipe Polignac. Los liberales, entre los que
se contaban La Fayette, Thiers, Guizot y Víctor Hugo entre otros, no escatiman
agrias críticas contra el gobierno, que no consiguieron mitigar ni acallar ni
la victoria argelina del 5 de julio, donde el general conde de Bourmont obtiene
el bastón de mariscal de Francia.
Cumpliéndose el axioma, “no hay dos sin
tres” y el brocárdico “donde éramos pocos la abuela parió trillizos”, se le
ocurre a Carlos X, la genial idea, de promulgar “la suspensión de libertad
de prensa”, lo cual hace pensar, que dentro de su “diarreica cabeza”,
concibió la “cagada mental”, que dichas ordenanzas “le obligarían”, como así
fue, a disolver la Cámara y “metido ya en gastos”, reformar la ley electoral y
de paso “arrimar el ascua” a sus afines. Carlos X, cretino a joderlo, majadero
a “bondo”, pero desvergonzado más: previendo el inmediato rechazo, decidió
poner a su servicio el capítulo XIV, que le reservaba a él las potestades
precisas para que se cumpliesen las leyes y sus reglamentos, los de las leyes y
los suyos, por supuesto. Por la inmediatez de fechas, el que esto suscribe
siempre creyó que el naciente socialismo se inspiró en este “pájaro”, en ese su
apego a salvarnos, incluso en contra de nuestra voluntad. Véase
contemporáneamente al Sr. Sánchez y su corte de emuladores del príncipe
Polignac.
La promulgación el 26 de julio de 1830, de
tamaño desatino, da comienzo a la “revuelta” que estalla en la madrugada del 27
en París, conocida por la “Revolución de julio” o las “Tres Gloriosas”.
Donde por primera vez en la historia, las incipientes clases medias se unen y
hacen causa común con las populares. Figurando entremezclados en las barricadas
desde obreros, estudiantes, diputados e incluso profesionales del derecho y la
medicina. Lo que se inició siendo una “revuelta”, en muy pocas horas degeneró
en una auténtica revolución, identificada por el estandarte republicano como
aglutinante del descontento.
Estos “polvos” llevaron a los lodos, por los
cuales Carlos X de Francia se fue al “carajo”, sustituyéndole a modo de monarquía
burguesa liberal, la testa coronada de Luis Felipe I, bajo la “leyenda” «rey
de los franceses por la gracia de Dios y por la voluntad del pueblo». Que
la gracia de Dios y la voluntad del pueblo son muy volubles, pudo dar fe el tal
Luis Felipe I, quien ocho años escasos más tarde, con la correspondiente revolución
del 23 – 28 de febrero se le fue a “paseo” él y su corona. Con la “marcha
de viaje de él y la corona”, oportunamente llegaremos a dicha revolución. ¡Todo
se andará!
En el caso de la independencia de Bélgica,
por las connotaciones políticas actuales, y a fin de utilizarla oportunamente, me
extenderé, al margen de situar una vez más en su contexto la directa
intervención y actuación de los liberales de todo signo, a comparar llegado el
momento, con las del socialismo; en sus inicios, evolución y degeneración.
Fruto de las “dos grandes” iniciativas
preconizadas en el Congreso de Viena, asentados como no, en el principio
monárquico de legitimidad y en el del equilibrio de poder. A fin de impedir la
potencial expansión hacia el Norte, de Francia, se crea el “estado tapón” del
Reino Unido de los Países Bajos, coronando al prusiano príncipe de Orange, como
Guillermo I. Dicha unión a todas luces “contra natura”, es manifiesta: mientras los
holandeses eran calvinistas, agricultores y comerciantes, los belgas, incluidos
los flamencos, en su gran mayoría católicos, asentaban su economía en una incipiente
industrialización. A estos hechos diferenciales, habría que unir uno no menos
importante, el idiomático, donde el neerlandés de los del norte no era
compartido por los del sur flamencos y francófonos. A las encontradas señas de
identidad, deben unirse la surgida por la capitalidad del reino, obligando a la
dispersión de organismos oficiales entre las distintas poblaciones, lo cual, a
la ya compleja por sí administración, le daba un plus de dificultad por las
diferencias lingüísticas.
El “prusiano” cegado por la prepotencia y
soberbia que siempre caracterizó a los de su familia, no supo ver la falta de arraigo que tenía la
monarquía por él instaurada. Queriendo ignorar, que la constitución de unión de
ambos países, muy a su pesar y al “pucherazo” perpetrado, fue negativo en el
sur, proclamando la constitución por un escaso 56%, incluyendo claro está, las
280 abstenciones y los 126 votos en contra. Sus “licencias” que en nada
respondían al principio de división de poderes y de respeto a la pluralidad
cultural de su reino, unido a su proximidad por educación, formación y religión
a los neerlandeses, le llevan desde los primeros momentos de su reinado a
legislar, olvidando que los del norte son sobre dos millones, mientras que los
del sur están próximos a los tres y medio.
Aunque el descontento que llevó a la
independencia belga se inicia relativamente pronto, este no se materializa de
forma organizada hasta mediados de 1823. En su intento de separar la Iglesia Católica
de la obediencia a Roma y los sucesivos rifirrafes de índole religioso, a
finales de 1825, el político cristiano Étienne Constantín, Baron de Gerlache,
consigue unir a los liberales con los partidos de la oposición en la gran
coalición que se conoció como «Unionismo», donde se integraron las
reivindicaciones de: libertad de enseñanza, personal y de prensa. Fruto de esta
unión fue la campaña de críticas orquestadas a partir de 1928, donde los
diarios católicos y liberales presentaban al unísono las mismas consignas, ya
de claro matiz independentista. No obstante a ello, “la chispa” saltó con el
estallido de la revuelta e inmediata “Revolución de julio” o de las “Tres
Gloriosas” de París. Momento en el que los belgas salen a la calle
solicitando su separación. Guillermo I, haciendo gala a su doblez, envía como
teórico negociador a su hijo Guillermo, a la vez que el príncipe Federico, su
otro hijo, al frente de un ejército compuesto por 6000 hombres ataca Bruselas.
Con la soterrada colaboración inicial de
Francia y de Gran Bretaña, los sublevados consiguen resistir, a la vez que a
fin de poder recabar la consiguiente ayuda directa de éstos, nombran un
gobierno provisional en Bruselas y convocan una Asamblea Constituyente. Lo que esto
facilita el reconocimiento oficial del país por parte de ambos, en noviembre de
1830. La bandera adoptada fue la tricolor de la revolución de Brabante de 1789
– 1790, posteriormente en 1831 adquirió el rango de bandera nacional.
La constitución de febrero de 1831, por la que
Bélgica como nación, adoptaba la monarquía constitucional, una vez más lleva a
la, en principio, solapada intervención de Gran Bretaña a la hora de elegir
dinastía a instaurar. Descartando por razones obvias a la familia Orange,
contemplándose así en teoría dos posibles alternativas: el Duque de
Leunchtember Maximiliano, y el duque de Nemour Luis de Orleans, quien a pesar
de gozar de la preferencia de los belgas, por maniobras entre bastidores del
Reino Unido se vio en la necesidad de renunciar. Así y con el “plácet” ingles,
accedió a la corona belga Leopoldo de Sajonia – Coburgo, viudo en aquel momento
de la princesa Carlota, hija de Jorge IV de Inglaterra. Siendo coronado
como Leopoldo I, rey de los belgas. La maniobra política en sí consistía en el futuro
matrimonio del electo rey, con la hija de Luis Felipe I de Francia.
A pesar del tiempo transcurrido y de las
“Leopoldadas”, la constitución belga, sigue al día de hoy siendo la muestra más
evidente de lo que fue la plasmación de los principios liberales, en su
concepto de protección de las libertades, incluida la religiosa. En definitiva,
la antítesis de la retórica y artificiosa impuesta por el Congreso de Viena y
su “mangoneador” Clemente de Metternich.
To be continued…
Capt. Willie
*1)
Deliberadamente dejo para las “Lastras” y
otras “documentadas” filólogas y gramáticas, el mujeres.
Digresión: ¿Por qué “marino de guerra” y no
militar?
Tras una
reiterada diferencia de concepción del mundo, a estas alturas de mi vida me
pregunto y pregunto, cómo es posible que todas las profesiones y profesionales
relacionados con la milicia, tengan por “apellido”, militar, salvo ese dicterio
que algunos marinos mercantes, de los que nadie duda de su “civilidad”, se
empeñan en aplicar a los marinos militares, apellidándoles de “Guerra”.
En el mundo por el que discurrí, los
pertenecientes a las armas y cuerpos específicamente militares, eran militares
del cuerpo o arma al que perteneciesen, así mismo los distintos cuerpos
técnicos, desde las ingenierías y las ramas sanitarias y de administración.
En ese “mi mundo”, nunca oí a nadie decir
“ingeniero de guerra”, al referirse a los de armamento, construcción o
aeronáuticos y navales oceánicos. Tampoco médico, farmacéutico, veterinario o
ats, “sanitario de guerra”, lo mismo y
por no extenderme a los pertenecientes a los cuerpos de carácter
jurídico – técnico y/o administrativo.
¿Podría dicha denominación “marino de
guerra”, encerrar, más que un insulto, un complejo de inferioridad infundado?
Capt. Willie
Magistral.
ResponderEliminarAmable lector: muchas gracias por su escueto y halagador comentario que antecede. Me alegro que haya sido de su total agrado.
EliminarA la vez aprovecho para dar respuesta a una llamada telefónica, donde las “churras” y las “merinas”, en esa confusión y confusionismo en el que algunas veces caen ciertos estamentos sociales, enmarañan interesadamente el liberalismo, necesitando apostrofarlo, dando así el “Neoliberalismo”. “Ese mal que excluye” a los débiles de la sociedad y que despiadadamente lucha contra las ONG, recurriendo como base a su aserto, en una frase muy “afortunada”, pero no menos demagógica «… 2017 será recordado como el año de la criminalización de la solidaridad».
Puede que por la repetición ya sea “cansino”. Los relativamente muchos años acumulados y los caminos recorridos, me enseñaron, que no todo lo que reluce es oro. Que el “papel de aluminio” aparte de “enmascarar” ante ciertos escáneres, también adquiere el tono dorado ante algunas proyecciones de las radiaciones solares. Enmascarar enmascara, relucir reluce, pero no deja de ser eso, vulgo “papel albal”.
No todas las ONG son tal, ni la ICAR, ni todos sus miembros son pederastas. Buenos, malos y regulares los hay en todas las organizaciones donde el ser humano interviene. A D. g. los buenos superan con creces a los malos en todos los órdenes de la vida. No obstante y consciente de los amigos que me voy a atraer, me permito aseverar que la experiencia me hizo ver y convivir con actuaciones tan pioneras, elementales y fundamentales, como la obra de los “Salesianos y sus “Bosconias”, donde quien eres ni de dónde vienes interesa, solamente como estás y en que se te puede servir y ayudar; las “Paulinas” pegadas como lapas al terreno y los habitantes de esos pauperismos terrenos en lo material y espiritual; las Ursulinas, desconocidas del gran público, por su callada y anónima labor de “apagadoras de la sed” y una pléyade de órdenes religiosas masculinas y femeninas. ¿Qué decir de “Cáritas” con todos sus defectos y uno más que se le quiera adicionar? Sí “papá estado” tuviese que desarrollar su labor, los propios gastos generales de gestión comerían el presupuesto de funcionamiento.
Mientras no se demuestre lo contrario el “liberalismo”, siempre y en todo momento fue menos malo que el socialismo y el comunismo. De ambos, los dos daré amplios detalles en los próximos por publicar.
Las personas honradas damos la cara, no ocultamos los teléfonos ni el nombre.
Si le molestan mis opiniones le sugiero las siga leyendo y jodiéndose con su contenido, por el momento su deseada “LEY MORDAZA”, NO EXISTE.
Capitanes, comandantes o lo que Uds. sean:
ResponderEliminarSegún vemos el colectivo el Capt. Willie se nutre como mínimo de cinco prójimos: uno fraile o cura castrense de origen judío con pasta, tres, de lo más carca, de la marina, la aviación y un ingeniero de los de antes, de armamento, de esos… de los de verdad.
Los comentarios que aparecen son siempre de individuos o colectivos que se identifican o rebaten a cada uno de los integrantes. De lo que deducimos que cada uno de los componentes debe de ser tan normal como los perros verdes.
Como sabemos de dónde partimos, no esperamos grandes progresos, pero al menos que nos aclaren esa concordancia en los antis: alemanes, franceses, turcos, etc., etc.
La homofobia e islam fobia, es manifiesta, el socialismo y el comunismo los azotes del universo interplanetario. Todo lo que sea una corriente de libertad, reprobación: El Papa, Clinton, Obama, Micrón, Maduro, Ortega, Evo, los “Castrones”, según Uds.
Los buenos: Franco, Pinochet, Videla, Sharon, Netanyahu. Las políticas neoliberales la solución para los ricos, los pobres que se fastidien, que para eso nacieron pobres.
A los cobardes golpistas huidos, que les den… y los que quedaron que revienten… Los buenos, los de verdad, fueron a jugar a las cartas y a vivir a las cárceles casi franquistas…
Sentimos vergüenza ajena de la desvergüenza que manifiestan bajo ese arrimo que les agrupa.
No continuamos a pesar de todo lo que les podríamos decir, estamos seguros, que como todo aquello que no les guste nos borraran de inmediato.
¡Como jode que les jodan…! ¿Verdad que sí…?
SE LLAMA LIBERTAD DE EXPRESIÓN ¡A QUE JODE!
EliminarRespetado y querido Segundo:
ResponderEliminarDe la ninguna homofobia de usted yo puedo responder y me gustaría muchisimo que una mujer famosa hoy lo confirmara.
Yo me afirmo en lo que escribi corregido por doña Cari y doña Marimen lo mio no es escribir es rejuvenecer y poner guapas a mis distinguidas clientas asi que copio y me pego Anónimo22 de junio de 2016, 2:13
Respetado y querido Segundo:
Por medio de varias de mis más distinguidas clientas (soy dueña del mejor salón de belleza de la localidad), pude saber de usted y pude leer sus escritos en internet. Me emociona leerle sigue siendo la gran persona que “Manolo” al dia de hoy famosa y yo conocimos.
Despues de hablar con Doña Caridad y Doña Carmen (clientas mias de muchos años) me animaron y me ayudaron a que le escriba y diga mi opinión del Segundo que tuve la suerte de tener. A los principios de los años setenta en un mundo de varones muy machos nuestra vida era muy difícil, nuestro sufrimiento los cubríamos con risas para los demás y lagrimas para nosotras. Llegamos dos a su barco y todas las irrisiones y burlas se terminaron y pasamos a llamarnos por nuestro apellido, se terminaron los cachondeos a costa de nosotras. Tambien nos exigió que nosotras anduviésemos a lo nuestro. Ser una persona persona como lo era usted en aquellos años era muy difícil y seguir siendo a lo largo de los años también. Por el medio de doña Caridad o doña Carmen puede saber de mi ahora soy mujer de hecho y de derecho con carnet y todo, si viene por aquí no deje de visitarme yo le estoy muy agradecida y mis difuntos padres también, mi padre nunca me respeto hasta que en el muelle de la curra usted riño con el y con mi madre, entonces los dos pobres payeses me aceptaron como era su hija y no su hijo, mis padre murieron acordándose siempre de usted con veneración y yo vivo venerándole.
Doña Cari y doña Carmen me dicen que para preservar su intimidad no me estienda mucho, pero quiero decirle que ser tolerante ahora es muy fácil serlo cuando usted lo era y por demás exigir la tolerancia para los distintos no era muy fácil.
Todo el respeto el cariño y la admiración del entonces marinero Monleon
Por favor póngame y no me retire es importante para mi el poderme leer nunca pude.
Responder
Respuestas
Este hombre al que yo me dirijo es al que usted insulta como era usted en 1971 el era asi como yo estoy diciendo.
Por favor póngame y no me retire.
Monleon Jovert:
EliminarUna vez más le reitero que en tan lejanos como añorados tiempos, me limité a cumplir con las obligaciones profesionales y personales, que se desprendían del honroso cargo que desempeñaba, a las órdenes directas del hoy ausente (q.e.d.) el otro Guillermo y, por elevación, de mi querido hermano Silvino.
Créame le agradezco el buen recuerdo que tiene de mí en aquel mi primer destino. Ciertamente que me sentía totalmente arropado y respaldado por las dos personas anteriormente citadas. Sin perjuicio que la conversación con sus Sres. Padres, fuese una más de esas “meteduras de pata” a las que suelo hacer o incurrir a lo largo de mi vida, esa resulto bien a su decir, otras por el contrario resultaron mal.
Gracias una vez más por ese aprecio y respeto que me muestra, respeto y aprecio que como Vd. bien dice, le mostré ya en tan lejanas fechas como a las que alude y le continúo mostrando en la actualidad.
Querido hermano Guiller:
ResponderEliminarCon frecuencia, desde hace muchos años, sueles hacer referencia a la siempre tentación que muestran los totalitarios: los del pensamiento único. El suyo, a convertir a las víctimas en verdugos y a los verdugos en víctimas. Homófono, anti musulmán, anti socialista – comunista. A las luces y cultura mostrada por los denostadores, el silogismo perfecto = Anti libertad.
Cuando en los años 71 y 72 de la pasada centuria, tú y tu amiga y asociada, la Rvda. M. Etienne hablabais de unos musulmanes sunníes a medio definir como “Ruangas” y/o Rohinya”, según la prensa inglesa de la época, en aquel mundo eran totalmente desconocidos, pero vosotros dos ya teníais un “banderín de enganche” más, a la defensa de una minoría débil y perseguida. No existían los “petrodólares”, eso vino después.
Recuerda y ten presente: ¿Qué pasaría sí los H. de P. volasen?
Todo el cariño y respeto de tu hermano, muy jodido, pero presente.
Sil
Tienes la obligación de publicarme y pegarme bien pegado, que no se me pueda despegar.
Querido hermano:
EliminarEl sentirse una vez más arropado por la sombra del hermano mayor, es algo que reconforta y da confianza. Máxime cuando éste sabe de la misa a la media de su hermano pequeño, lo cual le permite el plantear estrategias de defensa apoyadas en hechos, no en el clásico “paca”, “paca”, al que nos tienen acostumbrados los actuales “arabistas” y “buenistas” o sinónimo de “arribistas” y/o “pañadores” de “petrodólares” en las formas y maneras más sutiles, pero sutiles o burdas, eso, “pañadores”.
Con independencia de las que nos tocaron vivir juntos con la Rvda. Madre Etienne, es un personaje que siempre lo tengo in mente: era una persona fuera de serie en su apariencia frágil, pero recia; humilde, pero sabía y Católica; “en el fondo y en la superficie Armenia”, pero dentro de una orden Romana y siempre en disposición de imitar, hasta el límite, a su único modelo, Cristo Nuestro Sr.
Gracias hermano, sé y me consta que siempre estas presente y ahí.
Un fortísimo abrazo y hasta pronto.
Querido tío Guiller:
ResponderEliminarMe estoy anticipando a posible “raios e truenos”, ben, só é certo esperar, que vendrán más antes que después.
Los tus “amigos” deben evitar el llámate “MACHISTA”, varón lo sois de la cabeza a los pies, pero aínda máis PERSOA y siempre persoa, por enriba de los convencionalismos de los sexos.
Yo estoy satisfechísima de mi condición de muller y ser la madre a corto prazo de una “mullerina”, porque tú desde mi infancia me hiciste ver lo importante que es ser persona, lo demás es accidental. Que fermoso es ser como ti siempre fuiste y sigues siendo
Na seguiente mes de octubre tendréis tres visitas en una.
Por PERSOA e por todo o demais te quiero mucho
A túa sobriña
Sole
Pégame no blog e como a tío Sil, non me despegues.
Querida Solina:
EliminarGozar de defensores como tú es un privilegio reservado a muy pocos humanos, de ahí lo orgulloso que me siento de contar con el incondicional cariño de aquella “espantadora de mozas” (al decir del maligno P2Y). Me debo estar haciendo viejísimo, pues en vez de sonrojarme por tu nota que antecede, me llena de satisfacción, máxime cuando recuerdas que de niña querías ser un niño, para poder aspirar a nuestra Escuela. Hoy a D.g., superado dicho absurdo condicionante de sexo.
En contra de lo que un día afirmaste, tente en cuenta, que en el caso de que sobreviva a P2Y, serás con toda seguridad su sustituta en las “predicas” sanitarias y en la aclaración de cuitas.
Gracias Solina, el cariño es recíproco y esperamos por vuestro próximo asentamiento en nuestras inmediaciones.
Un fortísimo abrazo y hasta muy pronto.
Discúlpeme o discúlpenme.
ResponderEliminarComo asidua lectora, de habitual afín a sus opiniones y afirmaciones, le o les agradecería me aclarasen la frase “las Ursulinas, desconocidas del gran público, por su callada y anónima labor de “apagadoras de la sed”. Yo me eduqué con ellas, cuando la educación era parte integrante de formación. Sé que ahora en algunos centros perdieron el “oremus” y que otros los arrendaron. Pero ignoraba que tuviesen actividades en el campo de las bebidas.
Muchas gracias y espero “sacien” mi curiosidad.
Distinguida lectora y a su decir afín en opiniones:
EliminarNo necesita disculparse y mucho menos recurrir al plural. El Capt. Willie, mal que les pese a algunos y/o a otros les agrade llevar a confusión, es una persona física, de “nacedura”, posiblemente un tanto incorrecto políticamente, pero en mi propia defensa, lo más ajeno y alejado de la posible calificación de “estulto pijo progre”.
Aclarado lo que precede en el ámbito personal, paso a darle respuesta a sus cuestiones: sin ser experto específicamente en las seguidoras de Santa Ángela de Mérici, quien tras ser terciaria franciscana, funda en 1535 la más antigua orden dedicada a la enseñanza femenina, encomendando su fundación a Santa Úrsula, patrona de las universidades medievales.
Estas, las Ursulinas, se integran dentro de diversos institutos de vida consagrada de mujeres, quienes siguiendo los modelos de enseñanza de la Compañía de Jesús (SJ), se dedicaron a través de los tiempos a la formación de niñas, siendo en algún momento de su historia, conocidas como “jesuitinas”, por seguir el modelo de enseñanza anteriormente indicado.
Los miembros de los institutos de vida consagrada, conocidos bajo el nombre genérico de Ursulinas, suelen posponer al nombre las siglas O.S.U. (Ordo Sanctae Ursulae), siendo de distinguir a priori:
- Las ursulinas seculares, las cuales viven en pequeños grupos familiares o comunitarios, con dependencia directa de los obispos diocesanos correspondientes a su asentamiento o a aquel que más les convenga.
- Las monjas ursulinas, que de hecho viven en un convento o monasterio (sui iuris), bien independiente o confederado con otros del mismo instituto.
- Las pertenecientes a congregaciones, donde conviven varias religiosas sujetas a la autoridad de una superiora general.
El problema que creo vivió Vd. cuando afirma perdieron el “oremus”, es que no supo asimilar la “evolución” por llamarlo finamente, de algunas en otra hora “Mère” y ahora “Merde”, que de todo hay entre las teóricas seguidoras de la Santa Ángela. Santa que si viese lo por mi visto, con todos sus golpes de santidad, ignoro qué haría.
Con independencia de esos equívocos a los que parece le condujeron a Vd. existen unas dignísimas y reverendísimas “Mère”, que por no haber perdido el “oremus”, en anónima y callada labor, se dedican a financiar “pozos de barrena” para la obtención de agua potable en los lugares más inhóspitos, administrando magistralmente dicho escaso y vital recurso. Estas esforzadas y anónimas seguidoras de Cristo Jesús, como nada tienen que justificar, ya que su obra por sí las justifica, no suelen recurrir al visto bueno o no de los obispos de las diócesis en las que prestan sus abnegados servicios a los demás. Sin perjuicio de que alguno de esos obispos, se ponga las medallas por ellas ganadas sobre los áridos, secos y paupérrimos terrenos.
Con respecto a mi respuesta - comentario que precede, debo de aclarar y a ello procedo, que no todas las “seculares” se “pasaron de vueltas” y en vez de “vivir en el siglo”, viven en su propio siglo, el MML.
ResponderEliminarAsí puedo afirmar, que conozco a algunas que viven y se desviven por cumplir fielmente, aquellos votos que un día libremente aceptaron, no renunciando a la vocación de enseñanza que caracterizó a su instituto, tanto dentro de la enseñanza reglada como en la elemental del aprendizaje básico, en sociedades y colectivos económicamente marginales.
Para esas abnegadas enseñantes de cosas tan elementales como la propia higiene y/o el propio respeto, mi más sincero agradecimiento.
Esclarecido Capt. Willie:
ResponderEliminarGracias por su amable respuesta. A estas horas sé y sabemos por un vecino y amigo común nuestro-suyo, quien está tras las siglas por las que se identifica. Éste, de forma infructuosa y en nuestra presencia, trató de localizarle telefónicamente esta misma tarde. Él al igual que Ud. es miembro de IFLA.
Dado que nuestro común amigo se niega a realizar comentario alguno a su frase: “con dependencia directa de los obispos diocesanos correspondientes a su asentamiento o a aquel que más les convenga. ¿Acaso buscan un “oremus perdido” como el de ellas? ¿Lo suelen encontrar?
Gracias de nuevo, le repito-repetimos la gran afinidad existente entre sus opiniones y nuestras ideas de la vida.